LA CRISIS DE LA SANIDAD EN ESPAÑA: UN PROBLEMA ESTRUCTURAL QUE NADIE QUIERE CONTAR

La sanidad en España está al borde del colapso, y lo que vemos con el conflicto de MUFACE es solo la punta del iceberg. Lo que realmente está ocurriendo es que el sistema sanitario no es sostenible porque España es un país con una economía con deficits que generan un poder adquisitivo bajo, pero con unos costes sanitarios altísimos. Y esto nadie lo quiere decir.

1. Los médicos, especialmente los autónomos, cobramos miseria porque el sistema no da más de sí

Aunque tengas un contrato laboral, los médicos viven y trabajan inmersos en instituciones públicas y privadas caracterizadas por flagrantes déficit de gestión organizativas y cargas de trabajo en no pocas situaciones administrados por responsables que prefieren la conveniencia o bien otros muchos que simplemente tienen las manos atadas.

Se trabaja a volumen, no con la vista puesta en la captación de talento y crear valor añadido, con medidas cortoplacistas y con falta de visión ética. Esto hace que el contexto no compense y, algunos como yo, por salud mental decidamos renunciar a nuestros contratos.

Muchos médicos en cargos de poder y gestión no están al nivel y sus modos y maneras dejan mucho que desear, con un trato no acorde al nivel intelectual y humano que se les debería presuponer.

—- Para que la gente lo entienda con un ejemplo real:

Le hice a mi madre una resonancia magnética valorada en 450 euros y pagada de su bolsillo (le compensa tanto por economía personal en vez de pagar un seguro mensualmente como por acceso preferente a la prueba). ¿Sabéis cuánto me pagan a mí por realizarla? 9 euros. Y eso sin descontar impuestos.

Esto no es un caso aislado. Cirujanos operando tumores de mama por 50 euros, traumatólogos operando meniscos por 100 euros. Mientras, los materiales médicos siguen siendo importados a precios de mercado internacional, con un contexto de inflación y deuda terrible, pero los médicos cobramos sueldos bajos. Se nos exige calidad de primer nivel pero con retribuciones indignas y contexto laborales difíciles, además de contar con la incomprensión de los pacientes, muchos de los cuales viven la situación con demasiado estrés favorecidas por titulares en medios colaboracionistas, fruto de gestiones políticas deficientes (Ej: la de la actual Ministra de Sanidad, otra de tantas)

Y el problema no es sólo de los médicos: los tiempos de consulta y de pruebas diagnósticas son imposibles de cumplir sin afectar la calidad. Ejemplo: una estudio de mama. Para hacerla bien, hay que:

Revisar la mamografía previa y compararla con la actual.

Explorar al paciente con ecografía.

Comparar imágenes.

Redactar un informe diagnóstico detallado.

Todo esto debe hacerse en 10-15 minutos por paciente. No es viable. Estamos trabajando a destajo, sin tiempo para hacer medicina de calidad.

Y esto no sólo significa una atención sanitaria mediocre, sino que también aumenta el riesgo de errores médicos, que pueden derivar en demandas judiciales y oportunistas varios (conozco no pocos casos). A pesar de estas condiciones de trabajo, si nos equivocamos, nos enfrentamos a denuncias. Y luego, tanto las aseguradoras privadas como los seguros de responsabilidad profesional pueden poner problemas para responder, dejando a los médicos expuestos a consecuencias legales por fallos derivados de la sobrecarga de trabajo.

2. Las condiciones laborales en la sanidad pública también son indignas

Quien piense que este problema sólo afecta a la sanidad privada, se equivoca. En la sanidad pública, la precariedad es la norma.

Guardias de 24 horas que no cotizan a la Seguridad Social. Sí, los médicos trabajamos jornadas de un día entero sin que eso compute para nuestra jubilación.

Contratos temporales basura: Hay médicos con contratos de meses o un año durante muchos años seguidos, encadenando interinidades sin estabilidad laboral.

Sobrecarga asistencial: La falta de médicos hace que tengamos que atender una cantidad insostenible de pacientes, lo que empeora la calidad asistencial y aumenta el riesgo de errores médicos. Además, se forman médicos extranjeros vía MIR y pagados con nuestros impuestos que luego NO son contratados y lamentablemente se deben marchar para sus países de origen o les ponen mil trabas para poder ejercer medicina en España siendo foráneos, dejando escapar valor que no es captado por los gerentes de instituciones de salud, además de la pérdida de recursos económicos.

La consecuencia es clara: el médico que no aguanta, se va. Y el que se queda, trabaja en condiciones que en ya demasiadas ocasiones degradan tanto su salud como la de los pacientes.

3. El bajo poder adquisitivo de los españoles condena la sanidad

España tiene un salario medio por persona de 30.000-32.000 euros brutos al año, que en neto no supera los 2.000 euros al mes para la mayoría de trabajadores. ¿Cómo se financia la sanidad en un país con sueldos tan bajos?

No se pueden subir más impuestos sin provocar un estallido social.

No se pueden pagar sueldos dignos a los médicos sin aumentar el gasto sanitario.

No se pueden subir los precios de los seguros porque la mayoría de la gente no podría pagarlos.

En otros países los médicos tienen sueldos decentes porque:

Los ciudadanos tienen un mayor poder adquisitivo y pueden soportar impuestos más altos.

Las aseguradoras pagan tarifas dignas a los médicos, porque la gente puede permitirse pólizas más caras.

El sistema sanitario está mejor financiado y regulado, no sobrevive a base de explotar a los profesionales.

En España, en cambio, todo se sostiene gracias a la vocación de los médicos y a que no nos vamos en masa. Pero eso no va a durar para siempre.

4. La sanidad privada es una herida mal gestionada de la pública

La sanidad privada en España no es un sistema complementario real, sino un parche mal puesto. Las aseguradoras privadas pagan tarifas irrisorias a los médicos porque compiten por ofrecer pólizas baratas.

Ejemplo claro: MUFACE.

Un modelo que permitía a los funcionarios recibir asistencia privada.

Ahora las aseguradoras rechazan los nuevos contratos porque el sistema ya no es rentable.

El Gobierno responde inyectando 330 millones de euros más como medida desesperada en lugar de buscar soluciones estructurales.

En otras palabras, se está parcheando un modelo sanitario con dinero público sin solucionar el problema real.

5. La fuga de médicos: un problema de país

El problema no es sólo que los médicos estamos mal pagados y trabajamos en condiciones no favorables. El problema es que, cuando nos vamos, el país pierde talento y una inversión millonaria en formación.

España invierte una cantidad brutal de dinero en formar médicos, desde la carrera hasta la especialidad. Pero luego, una vez formados, muchos se ven obligados a emigrar porque fuera trabajan mejor y cobran más.

Yo mismo he hecho entrevistas para irme a Dinamarca y Noruega, y cuando contaba mis condiciones y mi salario, la entrevistadora-reclutadora se llevaba la mano al pecho de la impresión . Porque en esos países no conciben que un médico trabaje como trabajamos en España o se nos critique por una población que además no sabe ni quiere entrar en el conflicto, su conflicto.

Mientras tanto, aquí seguimos trabajando a destajo, con tiempos ridículos y retribuciones indignas.

No es una cuestión de pedir más sueldo porque sí.

Es una cuestión de que el sistema es insostenible.

Es una cuestión de que la sanidad pública y privada están en colapso técnico y Ministras MALAS como la actual no entiende de la necesidad y de lo fundamental que son AMBOS sistemas y ponen a la población en nuestra contra.

Los que se quedan con el problema no somos los médicos que nos vamos a otros países. El problema es de los pacientes españoles, que se quedan sin médicos y con un sistema cada vez más deteriorado.

Conclusión: la gran mentira de la sanidad española.

España se enorgullece de su sanidad pero no la financia como debe. Se recurre a la sanidad privada porque la pública está colapsada, pero la sanidad privada se basa en tarifas ridículas para los médicos.

Si no se cambia la estructura del sistema, en unos años no quedarán médicos trabajando aquí. Y cuando la gente se pregunte:

¿Por qué hay listas de espera interminables?

¿Por qué no hay médicos en urgencias?

¿Por qué las pruebas tardan meses?

La respuesta será clara:

Porque se ha permitido que se destruya la profesión médica en España.

(pd: no somos la única profesión con este problema, creo que debería servir para que todos nos sintamos identificados con situaciones laborales similares).

FRV.