Me refiero a aquellas parejas que se conocieron poco tiempo antes o se forman durante la preparación del examen MIR. Suelen tener en común lo siguiente: no se conocen los suficiente pero deciden, si ambos son médicos, emprender la aventura de la residencia juntos; si no lo son, irse a vivir a la ciudad de su nueva media naranja. Consensuan decisiones y supeditan la continuidad de la relación al hecho de irse a vivir, compartir y estudiar en couple. Ponen mucho en juego y sacrifican deseos, algunos les va muy bien, otros rompen la relación y otros se lían la manta a la cabeza y «simplemente» aguantan, pero con resultados no muy buenos tampoco. Lo de «ha sido de mútuo acuerdo» es una falacia, siempre hay una parte que deja y una parte dejada que lo pasa peor; las rupturas nunca son buenas porque en ese caso no sucederían. No creo que sea casual, sobre estas parejas noveles conozco más casos de rupturas que otra cosa y admito que Antatomía de Grey es un pelín fantástica…… pero está basada en hechos reales….
Para mí, una cosa es el enamoramiento, esa nebulosa de hormonas en estallido que nos hace idealizar a un ser cualquiera que acabamos de conocer, y otra cosa es el amor, ese sentimiento que surge del conocimiento más veraz de la otra persona, el cual nos hace quererla y valorarla con sus virtudes y sus defectos. Algunos dirán que ya está aquí el típico de ciencias clasificando los sentimientos por etapas y reduciéndolo a simples desequilibrios fisiológicos, dejando el resto de lado. Bueno, yo pienso ni blanco ni negro, más bien escala de grises y también hay darle importancia al instinto diría, pero estoy totalemente de acuerdo con la aseveración de que el conocimiento destruye los espejismos y nos da más seguridad en lo que hacemos puesto que conocemos mejor la realidad. Esto último es crucial cuando se decide comenzar una vida en pareja, cuando fruto de nuestras decisiones vamos a sacrificarnos nosotros mismos o para no ser egoístas con la otra parte, ya que estamos condicionado a otra persona también. Una cosa es que me la juegue yo solito y me aguante si algo me sale mal y otra cosa es cuando vamos a medias. También creo que si se toma la decisión de ir juntos, hay que asumir que nos puede ir muy bien, pero también muy mal y no centrarse tanto en los reproches y búsqueda de culpables. Como siempre el término medio aristotélico, puesto que si te paras un momento a pensar, descubrirás que has compartido muy poco tiempo con esa nueva persona y por tanto sus inquietudes, aspiraciones, reacciones y decisiones aún no las puedes anticipar, llevas poco a su lado y AMBOS no os conoceis, aunque os hayais prometido todo el oro del mundo. Sé que es difícil y que la falta de experiencia es un handicap considerable, pero quizás se debería mirar algo más por uno mismo, darle el título de capitán del equipo al cerebro y que sea éste el que determine las prioridades y líneas rojas de cada uno. Luego habrá que decirle al corazón que vaya calentando….. pero para el segundo tiempo.
Con la ruptura se pasa mal, pero un día termina y, aunque te puede suceder en otras relaciones, en todas se superan, se encuentra alguien nuevo que te llena e incluso algunos lo pasan tan bien con la soltería que desean que nunca termine… eso dicen por ahí… ÁNIMO, que de todo se saca provecho. La residencia es un periodo fantástico y estés solo o acompañado, está para aprender y disfrutar. Si eres de los que ha visto chafado sus planes, FUERZA; la persona más importante de tu vida no es ella o él, la persona más importante de tu vida eres tú…. y tú te mereces lo mejor.
Deja una respuesta