Me presenté al MIR por primera vez en el 2010 y saqué un 3462, elegí familia y no me llenó, por tanto renuncié para irme a trabajar a Suiza con una oferta de empleo. Allí empecé la troncalidad de cirugía, las probé casi todas y solo me gustó en realidad Cirugía Plástica, mi vocación por la cirugía me decía que esa era la mía. Sin embargo, fruto de mis diarias reuniones con los radiólogos en el hospital empecé a ver a que había una especialidad curiosa, amplia, sabían de todo y podían discutir con todos los especialistas, el estudio de imágen me empezó a resultar curioso, la dinámica de trabajo me gustaba y encima no trataban pacientes…… ¡¡ Pero si yo juré que Rayos era una especialidad feísima y encima no trataban con personas!!
Por otra parte, ganaba más de 3500€ al mes «limpios», es decir, impuestos descontados y comencé a notar que había días que no me apetecía ir a trabajar, que me quería ir a casa cuanto antes y que la proyección de futuro para acceder a las especialidades que a mí me gustaban eran algo más complicadas que en España. Un día decidí renunciar a la plaza (cosa que después de mi primera vez juré que jamás volvería a hacer) y me volví a mi país. Lo hice fundamentalmente porque veía que las especialidades que me empezaron a gustareran más asequibles en España y con una formación óptima. Pero si soy honesto, he de decir que la decisión de venirme fue un tanto irracional, bastante impulsiva. Por cierto, también tenía a mi familia y a mi pareja aquí en España, pero si digo la verdad nunca fueron la razón principal en mis decisiones. Conté siempre con el apoyo de ellos y así todo resulta más llevadero, aunque reconozco que hasta ahora he sido un egoista en cuanto a mi realización personal y profesional se refiere. Hubiese hecho lo mismo sin su colaboración, familia y novia. Creo que es lo que tocaba, lo que me correspondía tanto por edad como por circunstancias. Y sigo pensando así.
Volví y estudié de nuevo el MIR. Me sumergí en las jornadas maratonianas de estudio y aseguro que lo dí todo, todo lo que pude. Pasé un año pagando academia, desplazamientos a Granada, viajes a Sevilla para ver a mi novia de 5 años y cuadrando fines de semana y horarios con el planning de estudio de mi preparación y la suya, que también preparaba opociones a otro cuerpo. ¿Presión? Mucha. Se te acaba el dinero que has ahorrado, los nervios de estudiar y de hacer simulacros todos los que hayan preparado un MIR (y recalco un MIR) lo conoceis, una relación a la distancia….. bueno, es una relación a la distancia (sinceramente no la aconsejo, a menos que el proyecto de vida a corto plazo sea compartido) y una crisis económica española de caballo azotando por todos los costados, inclusive en mi hogar y en la hipoteca de mis padres no ayudaba. Resultado: 4700 y pico fue la última vez que miré la estimación de puesto después de mi exámen MIR 2012.
¿Y ahora qué hago? ¿Elijo una especialidad y un lugar que no me vengan del todo mal aunque no sea lo que quiero dada la situación económica y social española y por ende la mía o vuelvo a repetir el examen MIR con todo lo que eso conlleva? (léase el parrafo anterior y adjuntese que con mucho más cansancio, menos solvencia y por tanto independencia). ¿Me vuelvo a Suiza?
Continuará…
Deja una respuesta