Fede, te doy un consejo: No permitas que nada ni nadie te quite la alegría y el positivismo que te caracteriza, es lo más bonito que tienes.
Gracias de verdad, a vosotros dos.
A veces hay momentos malos que te afectan en todos los ámbitos de tu vida, sobrevienen cuando menos te lo esperas y te hacen perder ese equilibrio que tuviste, que te ganaste, desaparece de tus labios esa frase que yo decía: no me puedo quejar de nada.
El otro día leí que la gente que tiene mucha empatía con los demás puede deberse a que tienen el área cingulada de la corteza cerebral más desarrollada, aquí se localiza el centro del dolor, la nocicepción. Parece que pueden sentir mejor el dolor ajeno como propio y por ello tienen especial sensibilidad con la gente, de ahí la buena conexión que tienen con los demás. A mí, una pesona de éstas con mucha sensibilidad, me regaló la frase de aquí arriba, he estado unos días más callado de lo normal, menos sonriente.
Mi post va para todos aquellos que aprecian el buen trato a los demás, esto no es una perogrullada, la gente no cuida de la gente. Hoy en día no es así. Mi post va para todos aquellos que salen al mundo a divertirse, a conectar, a hacer cosas buenas, a crear un buen ambiente de trabajo, a ser agradecido, a ser honestos, al que aprecia lo irrepetible del momento, al que le da valor a que cuenten contigo. Estas líneas va para todo aquel que se pone contento al prepararse el desayuno, al que entra al trabajo y dice «¿qué se puede hacer por aquí?», al que dice buenos días, al que el desepertador no le hace poner de mala leche aunque tenga sueño, al que no está todo el día hablando pestes de los demás, al que tiene ganas y cierra el puño, al que te anima cuando el adjunto te regaña, al que te aconseja para bien cuando ve que algo te cuesta, al que te dice a la cara que es lo mejor que tienes, al que te ofrece un café, al que te da un abrazo porque sí y punto. Mi post va para la gente que regala cariño y buenas maneras.
Aunque el de hoy sea cortito, permítidme sin embargo que lo plasme eternamente: Hacen falta más personas como vosotros.
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