Esto viene a cuento de que un grupo de colegas de la facultad, pertenecientes a la 03-09 de la ciudad de la «malafollá», están preparando una jornada de reencuentro entre compañeros de la promoción. La cita será en allí donde nos forjamos un pasado común y un nexo íntimo e indestructible pasen los años que pasen. Donde se le da lismona, mujer, donde se dice que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada.
Han pasado justo diez años desde que empezamos nuestra formación como médicos y que aún no hemos terminado. En dura y larga batalla nos metimos, ya estamos a punto de ganar.
Será curioso volver a encontarse con gente la cual hace mucho no saludas ni hablas. Hay compañeros que se convirtieron en amigos íntimos y, si lo son de verdad, siguen ahí a tu lado y su contacto es más frecuente, más periódico que aquellos a los que veías todos los días en la clase o en la cafeteria y con los que mantenías un contacto más formal. Con esos has perdido todo roce, pero la vida es así y, si no es por un reencuentro como este, quizás no los volverías a ver jamás. Hay gente agradable y buena que salió de tu vida, un evento de este tipo te da una oportunidad para verlos, para volver a recordar batallitas y para ojalá alegrarte de que les vaya muy bien
Hay gente que habrá cambiado mucho. Algunos habrán cambiado su forma de vestir, otros habrán modulado su carácter, el que no estudiaba casi nada ahora es un máquina como médico, otros tendrán menos pelo y por tanto menos canas que otros que serán clavaditos a Joaquin Luqui, alguno habrá perdido unos kilitos porque alguna otra alma caritativa los habrá cogido….. sea como fuere, será curioso ver como hemos cambiado. Porque está pasando.
Y qué me dices de esa persona con la que compartiste más de un café y con la que te pasaron cosas, muchas… O esa otra que te gustaba mucho y que nunca pudiste conquistar, que era verla y quedarte absorto por lo bonita que te parecía. También volverás ver a esa con la que te peleaste incluso antes de conocerla, pero te recomiendo que permanezca y le guardes el respeto que se merece, seguro que así descubres algo distinto.
Ya pasó una década, va a resultar cierto aquello de que la vida corre deprisa y por tanto, es necesario darle valor a los minutos, a esos momentos escasos y algo más extra-ordinarios que de vez en cuando se te cruzan. Esos son los únicos e irrepetibles.
Soy un firme defensor de la enorme trascendencia que puede tener el contacto con un persona independiemente del tiempo que este dure. Defiendo la fuerza de las emociones cuando te cruzas con alguien, ese impacto brutal de lo que no se puede explicar con palabras, lo inefable.
Será un placer compatir con vosotros y volver a veros.
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