Lo he dicho anteriormente: Con las personas hay que llegar hasta el fondo, conocerlas bien y para ello tienes que entregarte tú también al máximo. ¿Por qué? Porque si no te quedas en lo que todos nos quedamos, una superficialidad errónea que te hace perder y desconocer a ese ser que tienes delante de tí. ¿Y que pasa luego? Pues que queda un terreno bien abonado para la pérdida, prejuicios, malas interpretacions y peores recuerdos.
¿Por qué no nos abrimos a los demás? Por miedo. Miedo a lo que piensen de mí, miedo a lo que hablen de mí, miedo a tu imágen, miedo a que te hagan daño, miedo a que te quieran y a querer. A sentir y a hacer sentir. Y esto es lamentable, perder oportunidades es triste en todos los aspectos y, en lo que se refiere a conocer a alguien, yo diría que es un error que no nos deberíamos permitir. Porque en frente de tu persona hay otra, otra que interactúa contigo con inteligencia y raciocinio, tienes delante de tí a alguien que piensa y siente y te lo podría transmitir con pelos y señales. Una persona es una fuente de información inagotable, no hay disco duro ni ordenador tan avanzando como un ser humano que pueda guardar tanto mensaje, tantos datos y tanta experiencia en su interior. Lo mejor de todo es que una persona es un ser sensible, inigualable.
La interacción individual, ¿por qué no llegamos hasta el fondo? En todos los ámbitos, familia, trabajo, pareja, amigos; estamos siempre con el escudo puesto, un escudo tan protector como dañino. Te proteje de una supuesta herida que debería ser asumida como necesaria. Es vital experimentar y no temer cualquier mal llamada cicatriz que no es más que una mera experiencia, la cual deberíamos considerarla tan necesaria como inevitable. Es la única manera vivir una vida de un modo atrevido, valiente en cuanto a conectar con personas se refiere, una vida plena con los demás. Es curioso, pero cuando encuentras a alguien abierto, descarado, sin temor a mostrarse tal y como es, te asustas. Incluso se le intenta inculcar como debe actuar en público para mantener cierto decoro social. Son esos locos que hablan sin tapujos y que lo sueltan todo por la boca, a los que prejuzgamos, criticamos, tememos, amamos.
Ese hermano, esos padres, ese amigo, ese profesor, ese adjunto, ese residente, esa persona que te gusta. Lleguemos hasta el fondo con ellos, cualquier pequeño daño que surja no puede siquiera penetrar en la piel de una persona que decide tomarse la vida con ganas de conectar y descurbrir. ¿Te lo vas a perder?
Sin miedo, el dolor pasa, lo que de verdad penetra es lo que compartes y la vivencia es tan eterna como irrepetible.
Gracias Fede..!!, gracias por dejarme conocerte y aprender de ti….a ser mejor persona!!..crecemos juntos hermanito…….
Me sorprende un poco tu comentario Anis, seguro que exageras algo… Gracias de corazón por esas palabras tan bonitas. Te deseo todo el éxito por esas tierras brasileiras y, por supuesto, te mando un beso enorme.