«De la Anatomía de Grey a la de Charly» (Primera).

     Supongo que este post tendrá varias entradas a lo largo de la residencia. Empieza la primera:

El sexo nos rodea. Es algo que está tan presente como oculto, está tan libre como prohibido, tan ardiente como rutinario, tan delicado como violento. El sexo es y el sexo está de muchas maneras para cada uno de nosotros.

¿Por qué somos fieles? ¿Alguna vez lo fuimos?¿Siempre has sido fiel? ¿Es bueno ser infiel de vez en cuando? ¿Qué queremos? ¿El sacrificio de la fidelidad eterna garantiza tu bienestar? ¿Por qué nos duele una infidelidad? ¿Por qué somos infieles si no nos gusta para con nosotros mismos? ¿Por que queremos que nuestra pareja sea fiel si se la robamos a otra persona que en su tiempo fue cornuda y esos cuernos llevan tu nombre? ¿Por qué estoy casado y tengo amantes? ¿Por qué me caso? ¿Por qué tanta parafernalia? ¿Por qué complicarse la vida? ¿Por qué tanto aburrimiento y rutina? ¿Por qué sigo dogmas sociales? ¿Por qué no hago lo que quiero? ¿Por qué hago lo que no quiero que me hagan a mí? En realidad, ¿qué es lo quiero?   Son muchas preguntas. A ver, los fieles de cuerpo que se manifiesten, los de mente no existen.

Supongo que para responder habría que empezar reflexionando sobre el concepto de fidelidad e instinto sexual. Supongo que la cuestión es como tomarse las relaciones sexuales, es decir, si piensas que el sexo es tan natural y esencial como beber agua, y por tanto quieres vivirlo libremente y darlo libremente de dicha manera tan básica (como hacen algunas tribus del Amazonas), pues el asunto se zanja pronto. El sexo es para tí una necesidad fundamental y natural y te remontas a lo que somos todos, animales con raciocionio que no niegan sus impulsos y su biología y deciden vivirla de la manera más original que tienen.

Si no decides optar por esta opción, la cosa se complica. Es decir, si sigues el camino oficial que la mayoría hemos escogido a la hora de tener pareja estable, oficialmente el de la monogamia, la formalización y los patrones que condicionan nuestra sexualidad, te verás empujado a mantener un compromiso que a veces se antoja complicado de llevar a cabo y por eso en ocasiones harás o verás cosas que no serán del todo agradables porque rompen ese pacto que dos personas decidieron crear, el de ser el uno para el otro. Me refiero a los cuernos, aventuras y demás palabras que nos hemos inventado para definir ese concepto doloroso que es la infedilidad.

Se ven y se oyen muchas cosas. Hoy en día a veces todo parece ser un desfase. Todo el mundo se entera todo, sí, de lo tuyo también aunque no lo creas. Pero personalmente a mí la fidelidad ajena no me importante tanto. Es decir, la fidelidad la considero un estado que puede ser temporal y por tanto variable y que no define a la persona como lo puede ser la simpatía, la bondad, la humildad, etc. Además, como es algo que no depende de mí, no me importa. Explico: yo no puedo controlar que mi pareja me sea fiel, es ella la que decide. Como yo no contorlo eso, no decido, no me caliento la cabeza. Me interesa más lo otro, la vertiente del compromiso personal, en lo que respecta a mi persona, a qué quiero, qué busco, qué pido, qué doy y todo ello de qué manera. Esto es lo que importa ¿No te parece? Que se abra la veda de las reflexiones personales, veamos si lo que piensas coincide con lo que dices y ésto con lo que haces. Y ahora, si de verdad sabes y aceptas lo que quieres, ve y encuentra a alguien que te complemente… o no, tú sabrás.

Acerca de Víctor Federico Cáceres Filippon

Residente de Radiodiagnóstico. H.R.U de Málaga. Avda. Carlos Haya s/n. 29010 Málaga.