¿Cómo es la historia?

«Yo tengo veinte años de experiencia y no puedes hacerme preguntas si te pido una prueba»

«Mira, subes aquí inmediatamente porque me sale de los cojones»

«Yo soy tu adjunto y no tengo que darte explicaciones»

«A mí un residente no me examina de medicina»

Pues a algunos habría que decirles un par de cosas, porque viendo su práctica profesional, lo de los años de experiencia y la categoría de adjunto que dicen tener no les ayuda mucho. Más bien juega en su contra.

¿Por qué tienen que hablarnos así a los residentes? Yo no estoy dispuesto a aguantar estos dislates, os aseguro que no.  A veces no es agradables tratar con el resto de especialidades porque los de rayos tenemos el San Benito de que «rechazamos pruebas» y parece que vivimos en una guerra fría constante con los otros servicios. Os aseguro que hacemos casi todas las pruebas y se rechaza poco o casi nada, al menos en mi hospital. Porque en mi hospital se hacen, por ejemplo, más TC de cráneo que latas de coca cola se compra la gente de las máquinas.

Pero bueno, ya habrá tiempo para una entrada sobre lo anterior. El tema de hoy es, ¿por qué tengo que aguantar yo que un adjunto me hable mal si la prueba que está pidiendo no está indicada? Pongo un ejemplo: el finde pasado se me pide una ecografía de rodilla en un paciente jóven con gonalgia pero sin traumatismo, sin signos de inflamación clínicos, sin fiebre, sin analítica, sin radiografía, sin… sin indicación vamos. Cuando se le plantea al adjunto la situación e incluso le indico que si sospecha artritis séptica, aún sin signos de inflamación, que al menos por favor que le saque una analítica para complementar algo la clínica y luego que me llame…. pues pollo al canto. Y tengo ya más de una historia del estilo. ¿Soy un engreído por indicarle eso a un adjunto de 25 años de experiencia? ¿Soy un chulo? Yo, R3 / ladrillo radiológico, válgame Dios de hacer preguntas y de subirme a la chepa del todo poderoso médico adjunto peticionario.  O sea, que si no estudio soy un mediocre y crítica al canto que me cae, pero si estudio y lo pongo en práctica, soy un prepotente y crítica al canto también. Pues bien, aclaraos vosotros, yo se muy bien lo que tengo que hacer.

La mediocridad abunda y mucho en mi hospital. No estoy dispuesto a formar parte de ello. Aunque confieso que debería estudiar mucho más, la única manera de realizar un trabajo decente y hacer frente a la altanería de algunas viejas glorias, no es otra que la de comer libros. Cuando la gente trata de pasarte por arriba, mostrarle que tienes capacidad es lo único que sirve y cuando además ven que puedes competir con quien sea, ahí todas las fieras se vuelven mansas.

Y no me vale el «estaba estresado» y el «tu que eres de rayos no estas delante del paciente» y otras canciones del estilo. He hecho tres pruebas MIR, he renunciado a dos especialidades, he trabajado en el extranjero, he roto con muchas cosas para estar donde estoy. Igual mi experiencia sigue siendo una mierda, pero puedo decir que de algo me ha servido ya que si me he metido en «rayos», es porque de lo otro que he visto, había cosas que no me gustaban, que me generaban malestar, que me aburrían… que básicamente no me hacían sentirme realizado.

Y no tengo por qué aguantar esas malas palabras.

Acerca de Víctor Federico Cáceres Filippon

Residente de Radiodiagnóstico. H.R.U de Málaga. Avda. Carlos Haya s/n. 29010 Málaga.